El abuso de sustancias es un tema delicado que afecta no solo al individuo sino a la familia y el entorno social. Durante la etapa inicial de la adicción, una persona puede usar estas sustancias para buscar placer. Sin embargo, esta sensación requiere dosis cada vez mayores para obtener el mismo efecto.
En general, la adicción a las drogas puede causar depresión, alteraciones del estado de ánimo, insomnio, anorexia, disfunción sexual, paranoia y alucinaciones.
Cuando el abuso se complica se convierte en un trastorno psicológico llamado "trastorno por uso de sustancias", este es un trastorno mental tratable que afecta el cerebro y el comportamiento de una persona, lo que lleva a su incapacidad para controlar el uso de sustancias como drogas legales o ilegales, alcohol o medicamentos. Los síntomas pueden ser de moderados a severos, siendo la adicción la forma más severa del trastorno.
La adicción puede tensar las relaciones familiares al causar conflictos y problemas de confianza. Para las personas importantes, la adicción puede conducir a una amplia variedad de problemas que van desde la falta de comunicación hasta la culpa y la vergüenza. Los padres de una persona que lucha contra la adicción pueden sentirse impotentes y confundidos.